Ahora que es septiembre y la mayoría acabamos de volver de vacaciones, una de las mejores maneras para superar esa vuelta a la rutina es comenzar nuevos retos y proyectos que teníamos pendientes.
Aprovechando que en vacaciones nos solemos exceder con la comida y volveremos con ganas de desintoxicar el organismo y hacer deporte, el aprender a comer sano puede ser un gran reto para lo que nos queda de año. Hoy, para empezar, te presentamos algunos consejos de alimentación saludable que puedes poner en práctica desde ya:
4 consejos de alimentación saludable por Lucirmás
En Lucirmás nos gusta ser sostenibles no solo en lo que concierne a nuestro trabajo, sino en todos los ámbitos de nuestra vida. En este sentido, la nutrición nos importa especialmente, ya que es la clave para estar sano y sentirse bien. No nos interesa ponernos etiquetas y decir que somos veganos, vegetarianos o crudiveganos, pero estamos convencidos de hay muchas formas de conseguir que nuestra manera de alimentarnos sea sostenible. Aquí te damos algunos consejos de alimentación saludable:
1. Piensa en nutrirte, no en alimentarte
Muy pocas veces nos paramos a pensar si realmente estamos nutriendo de manera saludable nuestro cuerpo y acabamos ingiriendo alimentos que tienen más hidratos de carbono y proteínas de la cuenta mientras que carecemos de otros muchos nutrientes. Por este motivo, cuando vayas a planear tu menú semanal, es vital que conozcas qué alimentos pueden proporcionarte estos nutrientes y combinarlos de manera adecuada en tus platos. Por ejemplo: las legumbres no pueden faltar de manera semanal, así como la verdura, los frutos secos, entre otros. Aquí te dejamos uno de los batidos verdes que más nos gusta tomar en el desayuno: a nosotros nos proporciona mucha claridad mental, energía y vitalidad. ! Te invitamos a probarlo!
De la misma manera, existen otra serie de alimentos de los que abusamos diariamente y que son más perjudiciales que sanos para nuestro organismo. Si realmente queremos mantener una alimentación saludable, deberíamos disminuir su consumo o, directamente, eliminarlos. Aquí tienes 3 ejemplos:
1.1. La leche de vaca: ¿sabías que la alergia más común en niños pequeños es la alergia a lactosa? En adultos suele ser además la causa de muchos problemas digestivos. Si esto es así ¿por qué la seguimos tomando? Desde tiempos inmemoriales se considera a la leche de vaca como un alimento de gran valor nutricional que debe estar siempre presente en nuestra dieta. Pero, si nos fijamos en sus cualidades nutricionales, no es la panacea si la comparamos con otro tipo de alimentos. Además contiene demasiadas grasas y está perjudicada por la cantidad de antibióticos que se administran a las vacas debido a la mastitis crónica que sufren (se trata de una inflamación de las ubres derivada de estar enganchadas a la máquina ordeñadora todo el día).
Este verano nos hemos encontrado con terneros a los que se les coloca este arnés en la nariz para que no puedan mamar de su madre
1.2. El azúcar: es un potente anti nutriente que acidifica el organismo y disminuye el sistema inmune, haciéndolo vulnerable a cualquier patología, especialmente vírica, bacteriana o de tipo autoinmune. El azúcar simplemente es sacarosa y no contiene ningún nutriente y, para metabolizarse, necesita calcio y otras vitaminas, con lo que si incluimos mucho azúcar en nuestra dieta, los niveles de calcio descenderán.
En su lugar, podemos recurrir a dulces naturales como la fruta, los dátiles, las melazas o el sirope de arce (que según un estudio de la universidad de Farmacia Rhode Island, contiene 54 componentes beneficiosos para la salud).
Cuando te entren ganas de darte un capricho, aquí tienes una idea de cómo hacer un snack delicioso y de lo más saludable:
1.3- Frituras: Las altas temperaturas de las frituras (hasta 300.C) unidas a la reutilización de los aceites vegetales, generan sustancias potencialmente cancerígenas, además de resultar alimentos pesados y difíciles de digerir.
2. Compra local y, a ser posible, ecológico
Hoy en día, para ahorrarnos tiempo, tenemos la costumbre de comprar todos los productos frescos en el supermercado sin pararnos a pensar de dónde vienen, por no hablar de las pésimas condiciones laborales de los ganaderos, campesinos y pescadores que crían, cultivan y pescan los productos. En la medida de lo posible, trata de comprar en fruterías y mercados y, si puedes comprar productos ecológicos, mucho mejor: esto garantizará que no se han utilizado pesticidas ni químicos en su desarrollo, con lo que no pasarán a tu organismo. Si lo prefieres, en todas las ciudades hay cooperativas de agricultura ecológica que te envían cestas de frutas y verduras frescas, de temporada y ecológicas.
3. La digestión también es importante
¿Sabías que el intestino es el segundo órgano del cuerpo humano con más terminaciones nerviosas después del cerebro? Muchas alergias y afecciones se deben a que no realizamos digestiones sanas y completas. Nuestro intestino, de la misma manera que otros órganos de nuestro cuerpo, tiene unas necesidades específicas que se pueden cubrir con una buena alimentación. No te olvides que el mejor alimento es aquel cuyos nutrientes son asimilados por nuestro organismo a menor coste metabólico. Comer fibra e intentar en la medida de lo posible no consumir carne roja o evitar comidas muy pesadas nos puede ayudar a estar mucho más sanos y, además, a tener más energía aunque comamos menos, ya que aprovechamos mucho mejor los nutrientes que ingerimos.
Las legumbres son una gran fuente de fibra
4. Slowfood: come lento, descubre y disfruta del momento de comer
¿Cuántas veces has comido delante del ordenador, caminando por la calle o a toda prisa? De esta forma no solo no se disfruta del momento de comer, sino que las prisas afectan a nuestra digestión y a nuestro estado anímico en general. En Lucirmás seguimos fielmente la filosofía Slowfood, que predica el hecho de que el momento de comer es sagrado, se tiene que disfrutar y también debemos tomar conciencia de lo importante que es la acción de alimentarse. El Slowfood concibe la comida como un acto de placer pero también de responsabilidad, en el que tenemos que ser conscientes de lo que estamos comiendo: cómo se ha cocinado, de dónde viene, si es saludable o no… Uno de los proyectos más interesantes que defiende esta corriente, que nació como respuesta al auge de la comida rápida, es la recuperación de las diferentes variedades y especies de vegetales que existen. ¿No te has dado cuenta de que cuando vas al súper solo hay una variedad de patatas o tomates o dos, como mucho? Pues debes saber que hay muchísimas más que varían según la zona en aspecto y sabor y, debido a la globalización de los alimentos, están desapareciendo.
Hasta aquí te presentamos nuestros consejos de alimentación saludable. ¿Hay alguno más que pongas en práctica?
